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Una de las cosas que más me ha sorprendido al comunicarme con autores para alimentar de títulos la plataforma, ha sido encontrar todo lo contrario a lo que me esperaba: descubrí cientos (por no decir miles) de películas liberadas por los autores, que están disponibles en este mismo momento en la red.

Esto ha cambiado nuestro plan de acción y, en este momento, nuestro objetivo es publicar y promocionar todo título que esté exhibido de forma legal para hacerle promoción impulsando de paso modelos de negocio que sirvan para devolverle algo al cineasta.

Lo que más me ha impactado es que la gran mayoría ha tomado el camino de liberar ellos mismos sus propias películas, casi todos luego de agotar (o desistir) en el negocios con agentes y distribuidores en el mercado tradicional. Ellos han decidido “liberar” su propia película únicamente para que la gente las pueda ver.

Suena un mundo ideal; que todo el cine fuese gratis, que todos  tuviésemos opciones para ver, para mostrarnos, para compartir, crecer, crear cultura… pero la verdad, el mundo real no es tan lindo ni tan poético. Incluso estas películas valientes naufragan en un mar de piratería… y lo peor de todo… ponen de manifiesto lo peor del problema; “La falta de reconocimiento al autor y su obra”.

¿Y cual es el camino entonces? ¿Qué es más grabe? …Regalar algo o dejar que te lo roben?

Hace tiempo que advierto que la industria cinematográfica sigue inexorablemente los mismos pasos que la industria discográfica, esto es, “desaparecer”.

Si, nadie podía creer que las disqueras desaparecerían, porque nadie podía prever que los “Discos” desaparecerían… pero la música no desapareció, de hecho, hoy tenemos una diversidad abrumadora que impulsa nuevos géneros y negocios.

Lo queramos o no, los cineastas estamos siguiendo los mismos pasos de los músicos, las mismas luchas legales de las mafias de contenidos, las mismas estrategias terroristas de coacción a los gobiernos, las mismas campañas publicitarias. Recordemos, hace 15 años los medios decían: “Descargar archivos en MP3 es delito”, hoy, solo cambian el enunciado por “MP4”.

Hay varios puntos que destacar en este escenario. El primero, no nos podemos dar por vencidos y lo primero, y tal vez lo más importante, es cambiar nuestro discurso.

No podemos decirle el cinéfilo “No me piratees” si no le das una opción para “no hacerlo”, es decir, que se la vendas, o que pueda acceder a ella de una forma que te beneficie de alguna manera y si no tenemos opciones de ganarle algo a la película, lo menos que debemos hacer es valorarla de una forma digna.

Aquí no se trata solo de un tema de negocio, es también una postura ideológica. Cambiemos el chip, no solo el del espectador, también el los medios, del gremio e incluso del gobierno. Esto pasa cuando le dices al espectador, “Listo, puedes ver mi película, pero si te gusta, dame algo”.

Nosotros tenemos otras ideas, por ejemplo, la puedes ver gratis, pero con comerciales.  Ahora, si de verdad te gusta mi obra y me quieres apoyar, la puedes comprar y verla bien.

¿O qué tal que una marca o un producto nos pague la película?

Ok, desaparecieron las disqueras… “¿De qué viven los músicos hoy en día?”. Esa si que es una pregunta compleja, pero un muy buen ejercicio para responder otra pregunta más crítica aún: “¿De qué viviremos los cineastas en un futuro cercano?”

Insisto, mirar fuera de la caja es afrontar opciones demasiado raras y desesperadas, puede que soñadoras e incluso torpes, pero si observamos a los lados, descubriremos que tipos como Jimmy Wales, dueño de Wikipedia, es uno de los hombres más ricos del mundo gracias a donaciones, o que las marcas crean y mantienen estrellas que nos recuerdan los excesos de las grandes luminarias pop de los 80’s.

La invitación que extendemos desde BZCine.com a todos los cineastas es “unámonos”, hagamos una gran campaña que dignifique nuestra obra, incluso si ya la liberamos en la red, o si está en un mercado agotado formemos un nuevo tipo de espectador que sea consciente y que nos aporte algún tipo de beneficio tangible, así no sea económico.

Después de darle muchas vueltas al tema, creo que esta es la esencia de BZCine.com, dejemos de lado la pelea insana con las vitrinas del cine clase A, y empecemos a construir nuestro propio mercado, de una forma digna, constructiva y lucrativa para todos.

Cambiemos la cultura del cine “Gratis” por la del cine “Libre”, y entre todos, hagamos negocio por el camino

Miguel Urrutia

Cineasta y gestor de BZCine

BZCine ©2018

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